ALMA Y PERSONALIDAD
Perseguimos
metas a lo largo de la vida atendiendo a los aspectos que determinan nuestra personalidad,
Hemos deseado cosas, situaciones o actividades, dependiendo del tipo de
personalidad que nos caracteriza, atendiendo a nuestros gustos personales y a la
forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Si analizamos sueños existentes
propuestos por el tipo de aspectos y rasgos que nos caracteriza, sin duda el
ámbito físico y material de nuestra vida lo tendremos asegurado al conseguir
tales sueños, y quizás nos acerquemos bastante en cuanto al plano emocional e
intelectual; pero atendiendo únicamente a los deseos de nuestra personalidad,
no hallaremos nuestro sitio en el mundo, no hallaremos paz ni completa
satisfacción, y una búsqueda incesante siempre tendrá lugar.
En un acto de introspección, debemos
descubrir eso que llevamos dentro pero que está oculto a nuestros sentidos;
existen necesidades ocultas en el subconsciente esperando a ser
satisfechas. Son estos deseos los que nos proporcionarán el descanso y cese en
la búsqueda.
La sensación de búsqueda viene
determinada por una necesidad insatisfecha instalada en el subconsciente, y
desconocida por la personalidad. Buscando momentos de reflexión, relajación y silencio, lograremos arrancar y
obtener la información que nos limita.
La personalidad se ha ido consolidando
por los cánones que rigen la sociedad, por la educación recibida y por
experiencias vividas que ha ido interpretando y utilizando a su manera.
Enredados y distraídos en estos menesteres, olvidamos atender nuestro verdadero
propósito, el que se halla escondido en el subconsciente o alma de lo que
realmente somos. Tan sólo en la calma y el silencio lograremos escuchar lo que
el alma quiere expresar.
Existe una LUCHA ENTRE ALMA Y
PERSONALIDAD para gobernar nuestra vida. La personalidad quiere que
atendamos sus exigencias, para cumplir con sus propósitos, con sueños concretos
y conscientes, los cuales tenemos en mente y sabemos de su existencia. El alma,
por su parte, desea hacerse notar y entrar en juego, para ayudarnos a tomar la
senda que nos llevará a nuestro destino; pero las exigencias de la personalidad
acallan su voz.
LA PERSONALIDAD conoce nuestros gustos y
sabe satisfacer necesidades que cumplen con la misión de hacer la vida más
agradable, haciéndonos disfrutar de cosas y momentos estupendos; sabe decorar
nuestro camino con todo lo necesario para hacerlo más sencillo y agradable.
EL ALMA conoce el camino concreto que
debemos tomar, sabe lo que nos conviene a cada momento y lo que debemos elegir
para evolucionar. Pero no es tan accesible como la personalidad; necesita de un
esfuerzo consciente por parte de la persona para hacerse notar. Cuando no
utilizamos la introspección como medio para el conocimiento de nuestro
interior, se le hace difícil llegar a nosotros, quedando en el olvido sus
propósitos. Cuando esto ocurre, aun teniendo todo aquello que nos proporciona
la personalidad, aun habiendo alcanzado todas las metas que nos hemos propuesto
tanto a nivel emocional, intelectual, económico o laboral, aun así, queda en
nuestra vida un vacío, una carencia que nos impulsa a seguir buscando la
verdad, que no es otra que aquella que determina nuestro lugar en el mundo, la
labor que debemos desempeñar para cumplir con nuestra misión en él.
La forma en que debemos determinar sueños
y deseos deberá atender tanto a las exigencias de nuestra personalidad como a
las indicaciones del alma. Debe haber una conexión de intereses, una armonía
entre ambas, para avanzar al unísono y en la misma dirección. Adquiriendo
un hábito en ejercicios de introspección y meditación antes de perseguir objetivos, conseguiremos esta
armonía.
La introspección tiene lugar con la
auto-observación y auto-análisis, con la calma y el silencio; momentos de
encuentro con uno mismo que nos revelan secretos personales. Entonces
facilitaremos el encuentro con el alma de lo que realmente somos, haremos
palpables intereses ocultos; en el desempeño de éstos hallaremos nuestro
destino, el cual podremos adornar con los bellos deseos de la personalidad.
Deja aflorar tus deseos más profundos, escucha
lo que tu alma tiene que decirte a través de la intuición. Acaba con esta lucha
de intereses, permite la expresión de ambas, deja que alma y personalidad
lleguen a un acuerdo. En el momento en que te sean revelados tus secretos, el
resto de necesidades se adaptará con absoluta facilidad a la nueva realidad. Cuando hay claridad
de objetivos, pues lo inconsciente ha salido a la luz, el Universo entero
trabaja en este plan perfecto, para que puedas recibir lo que alma y
personalidad reclaman al unísono para ti.
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