SER UNO MISMO


      Nos pasamos la vida esperando, esperando..., a que llegue el fin de semana, a que lleguen las vacaciones, a que ocurra algo indefinido o diferente en nuestras vidas, a que el futuro nos sorprenda y nos sobrecoja con algo quizás imprevisible pero adecuado, con algo que rompa el letargo de una monótona vida sembrada de responsabilidades  y quehaceres diarios que nos convierten en autómatas sin posibilidad de sentir ni expresar emociones; ésas que necesitamos para experimentar la vida de una forma auténtica, sin ellas pasaremos por la vida sin sentirla. Esperando no percibimos el presente, no estaremos realmente vivos pues olvidaremos disfrutar el momento que estamos experimentando. Si dejamos pasar los momentos que vivimos pensando en un futuro incierto, entonces no tendremos vida, tan sólo incertidumbre y desazón.

      Nos movemos  y reaccionamos en función de lo que debemos hacer, de lo que se espera de nosotros, de lo que se supone que está bien... pero no en función de lo que realmente deseamos ser. En el día a día no tenemos en cuenta cómo deseamos expresarnos, qué necesitamos experimentar, cómo queremos ser y qué anhelamos vivir y sentir. Son cuestiones a descubrir imprescindibles en el transcurso de la vida; no sentiremos plenitud hasta que no lo averigüemos, hasta que no conozcamos quiénes somos realmente y sepamos qué necesitamos para expresar nuestra autenticidad; es decir, CÓMO SER UNO MISMO.

      Los sentimientos son el indicador por excelencia en este cometido. a través de ellos sabré lo que es parte de mí, lo que es auténtico, lo que pertenece a mi ser, a mi verdad. Lo que me hace sentir bien inequívocamente forma parte de mí y todo lo que incomoda a mi semblante y estado de ánimo es producto de la sociedad establecida y regida por reglas y normas que no son las mías. Aquello que me hace sentir mal es lo que viene impuesto, ya sea por la sociedad, la familia o por uno mismo, pero no enriquecerá mi vida pues realmente no es una elección hecha bajo el propio criterio sino determinada en base a clichés sociales. No será eso que necesitamos experimentar para la evolución del ser.

      Las experiencias necesarias para nuestra evolución siempre van a estar relacionadas con mi propósito verdadero, con lo que realmente soy; debo ser yo mismo para alcanzar tal destino. Mis sentimientos me guiarán, me susurrarán aquello que yo todavía no he logrado discernir. Las emociones que experimente a cada paso me darán la información que necesito saber acerca de mí. Me dejaré aconsejar por ellas, debo concederme situaciones o encuentros que me proporcionen buenas emociones y sentimientos agradables; todo aquello que me siente bien, le sentará bien a mi vida. 

      Mi corazón sabe lo que necesito; lo que le ilumina y alegra forma parte de mí y lo que ensombrece y apaga su fuerza me debilita y encapsula en algo que no pertenece a mi ser, algo que entorpecerá la evolución de mi alma. Debemos atender nuestras necesidades afectivas, ellas nos llevarán a las puertas de nuestro destino, nos darán la llave de acceso al camino a seguir. 

       A menudo se nos olvida atender a nuestro corazón. Aquello que le reconforta nos enaltece como personas; cuando late con fuerza, con confianza y seguridad, abastece cada célula del cuerpo con dosis desmesuradas de vitalidad, con renovada energía que fortalece el cuerpo y nutre el alma, proporcionándonos sensación de plenitud y certeza. Es cuando sabemos que estamos en el momento y lugar adecuado, cuando reconocemos nuestro propio yo, cuando valoramos la situación como auténtica; entonces estamos siendo nosotros mismos. Cuando sentimos, amamos, disfrutamos y reímos sabemos con certeza que estamos siendo auténticos, que nos estamos expresando como realmente somos, como deseamos y merecemos.




    
      Escucha a tu corazón, él te dirá lo que aún no sabes de ti. Muévete a su ritmo siguiendo el compás que va marcando para no perderte. Cada tic-tac trae información relevante a tu vida; si sabes cómo te sientes distinguirás la verdad en medio de la confusión. Tan sólo debes ocuparte en reconfortar a tu corazón; si tú sonríes, la vida te devolverá cada sonrisa, cada emoción. Deja que lata con fuerza y pon tu mejor cara porque el reflejo de todo ello ERES TÚ MISMO.


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