ENEATIPO 8
Hoy vamos a
realizar una visualización para suavizar el ENEATIPO
8: El DESAFIADOR. El tipo poderoso,
dominante, seguro de sí mismo, decidido, voluntarioso y retador. Les
encanta aceptar retos y dar a otros la oportunidad de que los desafíen a
superarse de alguna manera. Tienen carisma, además de las capacidades físicas y
psíquicas para convencer a la gente de que los siga en todo tipo de empresas.
Fuerza de voluntad y vitalidad enormes. Emplean su abundante energía para
efectuar cambios en su entorno, para dejar su sello en él, pero también para
impedir que el ambiente u otras personas les hagan daño a ellos y a sus seres
queridos. No desean que nadie los controle ni tenga poder sobre ellos, ya se
trate de poder psicológico, sexual, social o económico. Estar al mando y dejar
su sello en su entorno. Más que cualquier otro tipo, son autónomos; desean ser
independientes y se resisten a deberle algo a alguien. Son extraordinariamente
resistentes, restando importancia a su salud y bienestar, y la de los demás;
sin embargo, sí temen las heridas emocionales, bajo la fachada de dureza hay
vulnerabilidad. Es frecuente la pérdida de contacto emocional con personas
importantes de su vida; bajo su exterior imponente suelen sentirse heridos y
rechazados, aunque eso es algo de lo que rara vez hablan, porque les cuesta
reconocer su vulnerabilidad, y mucho más que la vean otros. Dado su miedo al
rechazo, tratan de protegerse rechazando ellos primero. En la franja media se
bloquean en su capacidad de amar, ya que el amor da poder sobre ellos a la otra
persona. Es un poco frio y brusco con las personas. Atrevidos, cuanto más
riesgo más a gusto se sienten, necesitan demostrar a sí mismo y a los demás
todo su poder. Imponen su voluntad y dan órdenes, necesitan controlar su
entorno y saber lo que pasa a su alrededor. Gritan por su libertad y reprimen
la de los demás, tenderá a negar todo lo que no coincida con sus ideas. A menudo
busca confrontaciones para saber si la persona a la que ha desafiado es digna
de su confianza. Le resulta difícil confiar en los demás, por eso desconfía de
quien le regala su confianza. Arremete contra el victimismo porque tampoco se
lo permite a él mismo.
TRANSFORMA TU PERSONALIDAD EN ESENCIA. El aprendizaje
que necesitan incorporar es: LA CONFIANZA EN LAS PERSONAS, necesitan amar y dejarse
amar. Necesitan aplacar la ira y dejar de controlar y dirigirlo todo. Su
creencia limitante es “debo ser fuerte, el mundo no es para débiles” y así
decidieron protegerse de la vulnerabilidad. Abrir las puertas a la NECESIDAD DEL
OTRO, a dejarse ayudar, a que le propongan, a dejarse convencer o guiar en
ciertos aspectos en los que está bloquead@ por el miedo, a dejar que la
influencia del otro le impregne. Esto no es ser dominado sino enriquecido.
Tienen miedo a
ser dominados, por lo que viven en alerta, con una coraza para defenderse de la
vulnerabilidad, no dejan entrar al amor que tanto necesitan. Por fuera pueden
parecer un oso con garras, pero dentro hay un osito sediento de cariño. Es
partidario de la acción y la decisión, quiere ser libre para decidir, sin ser
coaccionado. Pero las relaciones interpersonales y fraternales implican otras
opiniones, y en consecuencia, elecciones dispares, con lo que tienen que
aprender a convivir y adaptarse a otras formas de pensar, de actitud y de
elección, dejando que su vida se mueva por otros caminos no planeados, fluir
con los acontecimientos y personas que le vaya presentando la vida.
Aprender a
abrir sus corazones a los demás, lo suelen descubrir en el amor a los hijos, a
los niños o a los animales domésticos; con ellos son capaces de bajar la guardia
dejando salir algo de su ternura. Para eso tienen que confiar en algo que no
sea su propio ingenio y su poder, renunciando a muchas de sus defensas
fundamentales. Por grandes que sean la ira y la cerrazón de un Ocho, el niño
sensible que tomó la decisión de protegerse sigue vivo en su interior, a la
espera de la oportunidad de volver a conectar con el mundo. Claro que se
producirá un instante de miedo a la vulnerabilidad, pero cuando aprenden a
reconocer ese miedo y a dejarlo estar, se sienten más a gusto con sentimientos
más dulces. Cuando aprenden a cuidar de sí mismos y a aceptar la
vulnerabilidad, mejoran su salud y bienestar, con gran capacidad de liderazgo, son
capaces de ver posibilidades en las personas y en las situaciones. Les gusta
proponer retos para sacar a luz la fuerza de las personas, ofrecerles medios
para que sean capaces. Es importante el honor, hablan con franqueza y así lo
buscan en los demás. Respetan a los demás y desean ser respetados. Valientes y
fuertes, pero también amables y humildes, están dispuestos a ponerse en peligro
en aras de la justicia. Los Ocho sanos tienen la visión, la comprensión y la
fuerza para influir enormemente para el bien del mundo. Comprenden que es
contraproducente vivir azotando al mundo. En un plano más profundo, el control
no es su objetivo último, es más bien el deseo de ejercer una buena influencia
en las personas y en su mundo. Son magnánimos y de gran corazón; poseen una
generosidad que les permite trascender sus intereses personales. Tienen la seguridad
suficiente para permitirse cierto grado de vulnerabilidad, y eso los capacita
para experimentar interés y cariño por las personas.
Cuando son
capaces de llegar adorar su vulnerabilidad, abandonan la idea de que necesitan
siempre ser fuertes y dominantes. Finalmente conectan con su miedo básico de
que les hagan daño o los dominen y comprenden las causas de ese miedo en su
historia personal. Se desprenden del deseo básico de protegerse siempre. Esto les
permite abrazar un plan más grande que el que ellos tenían, derrotando la
preocupación por su supervivencia personal para convertirse en recipientes y
vehículos de una finalidad superior.
Los Ocho recuerdan la sencilla alegría de existir,
sienten nostalgia de la inocencia que conocieron de niños, una inocencia que
tuvieron que dejar atrás para ser fuertes. Cuando abandonan su voluntariedad,
descubren la voluntad divina. En lugar de la actitud «yo contra el mundo»,
comprenden que tienen un papel en el mundo, que si lo desempeñan sinceramente
les supondría ganar un hueco en la inmortalidad entre los grandes héroes de la
historia. Cuando experimentan esto en profundidad, son capaces de relajarse
totalmente, sintiéndose uno con el mundo y con el misterio de la vida.
EJERCICIO
DE VISUALIZACIÓN: Cierra
los ojos, céntrate en tu respiración, inhala aire por la nariz hasta el
abdomen, exhala tensiones. Hoy te dispones a conectar con tu “NIÑA INTERIOR”
a través de la confianza y la ternura. En algún momento la niña que fuiste
decidió ser fuerte y anular cualquier indicio de debilidad, supiste que el amor
te hacía vulnerable y lo apartaste protegiéndote de él. Hoy te propones anular
todo este tipo de posibles contratos que hayan podido quedar inscritos en ti. Te
encuentras paseando por un camino, y sabes que al final de éste te encontrarás
con la niña que instauró este esquema personal. Las creencias
que residen en el subconsciente dependen de las elecciones de pensamiento que
se fueron realizando en el pasado, por eso “Si tú lo creaste, tú puedes cambiarlo”. Para
sanar tu mente subconsciente que es tu punto de
atracción, conecta con tu niña interior. Cuando comienzas a sanar a nivel
interno, tu realidad externa también sana, ya que el mundo es un reflejo de lo
que ocurre en tu interior.
Proponte reemplazar
todos los programas de MIEDO, de huida, de defensa o ataque, por programas de
AMOR y de confianza, mejorando tu vida y la de todas las personas que están en
tu realidad. Se trata de dar amor al subconsciente porque el amor lo cura todo.
No te resistes, no luchas y aceptas lo que hay en este momento, sabiendo que
toda experiencia es una oportunidad de cambio y crecimiento. Las memorias se
fueron alojando en el subconsciente desde la infancia, de forma que necesitamos
reconciliarnos con el/la niñ@ que fuimos, este niño interior necesita sentirse
reconocido, escuchado y sosegado, necesita sentirse amado. El niño interior es
la cuna de tus emociones, permítete acogerlas, deja de luchar contra ellas para
poder liberarlas. Dale a ese niñ@, con una imagen mental de entonces, todo tu
amor y atención, cuídale mucho. Concédele el amor, la atención o el cuidado que
entonces le faltó, proporciónale el calor y la serenidad que hubiese
necesitado.
Has
llegado al final del camino y aparece frente a ti la imagen del niñ@ que
fuiste, llámale por su nombre, acércate a él/ella, sostén sus manos y
acaríciaselas con ternura. Abrázale con suavidad, háblale, dile que te perdone
por todo el tiempo que ha estado olvidado y prométele que a partir de ahora le
vas a cuidar. Dile que le quieres mucho y que todo en él/ella es perfecto y
adecuado. Observa a tu niñ@, ¿Está triste, content@? Mírale a los ojos, ¿Qué
expresión tiene? Pregúntale cómo se siente y qué necesidades tiene. Recuérdale
que no debe exigirse ser fuerte, debe permitirse sentir, sentir cualquier
emoción, incluidas las que le hacen sentir vulnerable. Aconséjale la elección
de la ternura, no es la fortaleza la buena compañera de la niñez, sino la
confianza y la necesidad de otros.
Pasa
un buen rato con tu niñ@, hazle feliz, juega, canta, baila… Si él/ella sana, tu
realidad sana. Transmítele tu intención de BORRAR programas establecidos,
creencias relacionadas con la exigencia de fortaleza. Pídele con mucho amor que
te ayude en el proceso, plantéaselo como un juego que os hará felices a ambos.
Porque ahora elegís la ternura y no la fortaleza.
“Ésta soy yo, ésta es mi esencia, SOY TERNURA, CONFIANZA
Y NECESIDAD”. “Digo sí a mi entorno y lo dejo entrar, permito que ejerza su influencia
en mí, que me enriquezca y me moldee, porque soy amor en esencia”, “Respiro
Confianza, libre para ser YO”.
“Ésta soy yo, ésta es
mi esencia, SOY TERNURA Y CONFIANZA, necesito a mi entorno porque es el mejor
complemento para llegar a ser mi auténtico yo”. “Encuentro mi camino cuando me
relajo y me dejo llevar”, “soy impregnada por cada persona que llega a mi vida,
porque nada es por casualidad sino situaciones necesarias para recibir del
entorno lo que necesito para encontrar mi destino” “Yo estoy AQUÍ Y AHORA, YO
CONFÍO EN MÍ, EN MI ENTORNO Y EN LA VIDA MISMA”. El entusiasmo me acompaña para
sentir el presente, la intuición despierta y conecta con la creatividad divina.
“Ésta soy yo, ésta es mi esencia, SOY AQUÍ Y AHORA, SOY
CREACIÓN”. “Digo sí a mi entorno, porque soy amor en esencia”, “Respiro
Confianza y Ternura, libre para ser YO”.
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