MIEDO A DESEAR
Recuerdo
haber pensado con profunda convicción “Dios me ha concedido siempre todo lo que
le he pedido”. Esta convicción ha ido arraigando en mí a través de experiencias
vividas a lo largo de mi vida. Experiencias que sin ser tragedias ni grandes
acontecimientos a ojos de los demás, yo los he vivido intensamente. No existen
situaciones buenas o malas, momentos agradables u hostiles, sino que cada uno
los vivimos de una manera u otra. Ante la misma situación las personas
respondemos de formas muy diferentes. Por eso es tan importante que miremos la
vida con buenos ojos, porque si la contemplamos expectantes de ilusión, sacaremos
de cada momento, lo mejor de él.
En esas ocasiones en las que en vez de
sonreír a la vida he cerrado los ojos, esos momentos faltos de esperanza,
situaciones vividas desde la debilidad, miedo, inseguridad e impotencia de no
poder con ello; entonces y sólo entonces, he alzado la vista al cielo con una
petición en mis labios.
Ahora me pregunto ¿Por qué sólo en estas ocasiones?, ¿Por qué sólo he pedido resolver situaciones desafiantes y conflictivas?, ¿Por qué no he pedido vivir situaciones buenas? o mejor aún, ¿Por qué no he pedido tener en mi vida algo increíble y genial?, ¿Por qué no he pedido más?... Por MIEDO A DESEAR, miedo a querer algo que no esté a mi alcance, miedo a pedir demasiado, miedo a no conseguirlo, miedo al fracaso, incluso miedo a no merecerlo.
El
miedo es el motivo principal por el cual truncamos nuestras vidas. No nos deja avanzar, nos impide prosperar y frena nuestros deseos de superación. Programamos nuestro futuro de antemano, aunque no seamos conscientes de ello. Lo vamos conformando
con nuestro pensamiento, con lo que creemos que va a ocurrir, con lo que
esperamos que seremos en un futuro; y también con las acciones, que se van
sucediendo y encaminando hacia esa imagen que nos hemos formado de lo que será
nuestra vida. La idea prefijada que tenemos en mente es lo que condiciona el
porvenir. Esta idea la vamos conformando con la influencia de varios factores:
el tipo de personalidad, la educación impuesta familiar, educación académica
recibida, amistades y relaciones sociales que hemos establecido, y en algunos
casos consolidado, e incluso la época que nos ha tocado vivir, es decir, el
tipo de sociedad con el que hemos tenido que lidiar.
Pero de lo que no hemos sido conscientes es de que podemos cambiar cualquier situación prescrita. Tenemos el poder de dirigir el pensamiento hacia aquello que queramos reanudar; tan sólo necesitamos un cambio de perspectivas. No somos quienes creemos ser, somos "mucho más", en todos los sentidos. Seremos aquello que decidamos ser con el pensamiento, ya que nuestras acciones irán encaminadas en esa dirección. Así que pensemos "a lo grande" y decoremos nuestra vida con todo lo que consideremos que "le sienta bien", con todo lo que la realce y complete.
No dejes que tus miedos dirijan tu mente, no permitas que obstaculicen tu vida, que no construyan límites frente a ti pues no existen. Los límites los pones tú; tú eres quien te permite o no avanzar. Es tu responsabilidad sacar el máximo provecho de ti mismo, para poder dar al mundo, a la sociedad en la que te ha tocado vivir y a los que te rodean, LO MEJOR DE TI.
Ahora sí, piensa por ti mismo, sin considerar qué es lo que se espera de ti. Realmente ¿Qué quieres?, ¿Qué deseas?, ¿Qué necesitas?, ¿Qué petición harías si no existiesen condicionantes, ni miedos, ni límites?...
Busca en tu interior, la respuesta se
halla escondida en algún rinconcito de tu ser, esperando a ser descubierta.
Déjala salir, abre puertas, destruye barreras y libera deseos. Los verdaderos deseos
están amarrados por la razón, suéltalos desde el corazón. Anula prejuicios,
rompe las cadenas que apresan tus anhelos. No pienses en lo que puedes o no
conseguir sino en lo que realmente te haría feliz, independientemente de si
crees que está a tu alcance o no. Si está en tu pensamiento, y sobre todo,
impulsado desde el corazón, entonces sólo te falta creer en ello, piensa que ya
está en proceso, vívelo como si ya lo tuvieras, disfruta mientras llega… y tu
sueño se hará realidad.
Gracias M. Belén, me lo recomendó una gran amiga...tu experiencia. Tu mensaje llega de manera sencilla y concreta, me siento muy identificada con ese proceso, gracias por despertar la confianza, la fe, la observación, la voluntad de cambio.... Ingredientes de la receta mágica..que transforman el sobrevivir o sobrellevar la vida con eL VIVIR en mayusculas.
ResponderEliminarGracias Inés por este regalo, tu has sido toda tu un regalo para mi, gracias por estar ahí, por tu vitalidad, tu entusiasmo y tu gran humanidad....gracias por conectarme también con M. Belén a través de ese hermoso libro. Ya lo he recomendado!!!!
Gracias Mar por tus palabras, ya que el saber que mi propósito inicial de querer insertar semillitas de esperanza e ilusión en los corazones esta teniendo lugar, me llena de paz y eterna plenitud. He compartido tus palabras con Ines, un alma que emana bondad a raudales.Gracias también a ti Ines.
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